viernes, 3 de diciembre de 2010

Buenos Muchachos 3 Final de la saga

No hay dos sin tres, dicen los que saben, nunca lo entendí pero me viene como anillo al dedo, porque después de escribir esto la historia llegó a su final. Convengamos que no fue el imaginado. Pero acá va la tercera parte de esta saga, el capítulo final, el adiós a... los buenos muchachos


Lo venían anunciando, no estaban igual que siempre, los muchachos dejaron de hablar y se mandaron un par de cosas no ciertas. Ellos pueden hacer eso, nadie los va a contrariar. Y así fue, en plena tarea de imaginar como sería mi final, me sorprendieron otra vez.


Me porté mal. Conocí a un muchacho y me puse el traje de novia, no había sido fácil andar en amoríos y la vez que me tocó algo no lo dejé pasar, al fin y al cabo soy una mujer y de vez en cuando necesito una caricia. Hace rato que Dios no me da para elegir y el que me tocó tiene un jefe que a ellos no les gusta. Se enteraron y ahí comenzó mi desgracia. Dejaron de invitarme a la reuniones, entonces el más callado y por lo tanto el pensador del grupo, se despachó y aprovechó la ocasión pa comentar que ya no era necesaria mi tarea. Con ese changüí que tiene por pensar más de lo que habla, cuando lo hace todos le creen. Me bajó el pulgar y hasta el más jefe le dio la razón


Como flamantes egresados de un curso intensivo de buenos modales, se me hicieron los elegantes y me despidieron como una dama.

Debo admitir que la puesta en escena no fue mala, si hasta que les creí en una parte. Maquillados y con buenas luces los actores largaron el libreto de memoria.

El tema era como iban a decirme que ya no les servía. Parece que al curso de buenos modales le sumaron una maestría en chamullo, no les fue mal, les funcionó y quedaron como unos duques frente a mi persona.

Me hicieron una propuesta, de eso se trataba la novela. Con la excusa que había dar el siguiente paso, los refinados lo dieron para atrás y quedé solita parada al frente. Me mandaban hacer algo jugado, había que tener mucho coraje para hacerlo y por supuesto ninguno de ellos lo tenía. Esto no me lo dijeron, pero no hace falta ser muy ducha para darse cuenta que no se animaban. Cosas de mujeres habrán pensado, ir al frente, poner la cara y pelear. Y si, en eso les doy la razón, no iban a poder. Con la seguridad que no aceptaría tal proeza, los galanes me la recitaron como un poema. Lo importante es que entendí y me adelanté a la retirada. Con palabras rebuscadas para hacerles valer el titulo de caballeros, les seguí el juego y con honores y educación les dije hasta luego.


Ya que estábamos entre distinguidos, me pidieron un último favor, que terminara el asunto por escrito. No pude fallarles, se que para ellos la palabra es lo que importa, pero saltó un inquieto solicitando el alegato y como último deseo les mandé unas líneas.

Me fui con la curiosidad de saber que hace el actor cuando no está actuando, que piensa cuando apagan las luces y queda solo. No me quita el sueño, no voy a engañarlos, pero tanto esmero me hizo pensar, es que estos malevos fueron cordiales y en estos tiempos eso se agradece.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Esa perdedora que llevamos dentro

A cualquiera le puede pasar

El fracaso es un incidente, jamás una persona! Lo repetí hasta el cansancio aquella tarde, en que parada frente a una clienta, no sabía como explicarle que algo había fallado. Y me tenía que pasar, venía de tiempos de bonanza donde estaba supersegura que todo lo hacía bien. Hasta que llegó el día ¡ese día! con la clienta y cincuenta invitados que esperaron sacarse fotos y salir en los diarios.

La frase tan común hecha y dicha, la anticipé, como una mala broma y mi mejor cara de nada le espeté: "No se que puede haber pasado, es la primera vez que me pasa" Con las ganas de huir de ese lugar y aplicar mis mejores aprendizajes del master de cobardía, fue lo que hice: escapé, salí corriendo, fui a esconderme y meter la cabeza debajo de la almohada para tratar de borrar ese momento de mi currículum memorable.

Verde que te quiero verde

No entiendo los verdes, desconozco casi todas las especies de verdes que hay en una verdulería. Mi querido “Evito”, que plantó sus hortalizas en la vereda, puede seguramente, venderme chauchas y palitos que no me voy a dar cuenta. Así frente a la radicheta puedo pensar en que rica se ve esa rúcula, o señalar las lechugas porque me cuesta saber cuál es la mantecosa y la morada.

Hace unos días mi vecina tocó el timbre y con la mejor de las ondas me regaló un poco de apio, en el que puso el acento que era orgánico. No se con que se come eso, pero en estos tiempos modernos el “orgánico” me cayó de maravillas. Parada frente a la puerta y después de despedirla quedé paralizada y aferrada al ramo, como novia frente al altar. Con la tranquilidad de saber el nombre de semejantes tallos verdes, le ordené a mi hija, en voz baja casi suplicando, que buscará en Google “Recetas hechas con apio”

Charla para entrar en confianza

Sesenta y dos años y una figura envidiable, delgada y una actitud vital me llevó a preguntarle a esa señora como hacía para estar así. Un cáncer que se le anunció hace tres años la tuvo a maltraer. Por hacerle caso a mi curiosidad y tratar de halagarla, hice que la mujer recordara malos momentos y que no quisiera volver a cruzarse conmigo.

Gym con receta, suena mal

Con la primavera comienzan a reverdecer la idea de ir al gimnasio y hacer dieta. Las rubias eligen y entran. Sin muchos requisitos, esos lugares son aptos para ellas, las esperan con los brazos abiertos para que hagan gym, spinning y todos los inig que vengan. En mi caso antes de decidir tuve que ir al médico, ¡ahora si! con la receta y casi obligadamente, debo concurrir a un gimnasio (que parece más un centro de rehabilitación) si quiero que mi espalda responda de buena manera y detener la joroba incipiente que detectaron en la radiografías.

Nadie me lo dijo

Después de mucho tiempo descubrí que Power play nos es la última versión de la play station y que las peras no se le piden al olmo. Años tratando de entender que querían decir cuando le pedían peras al “horno”

lunes, 1 de noviembre de 2010

Irene

La casa le pareció conocida, acostumbrada últimamente e experimentar muy seguido una especie de deja vu, cuando se paró frente a la puerta y tocó el timbre, sintió que no era la primera vez que lo hacía. Pero bueno de eso se trataba esta visita, su prima había podido por fin dar con el Psiquiatra tan conocido y el martes a las cinco de la tarde iba a recibirla.
Era martes y era las cinco de la tarde, y ya había tocado el timbre varias veces. La alegría de poder irse con la excusa que no estaba y dejar tranquilo a medio mundo, que era toda la familia, le gustó. Pero con el envión de pegar la vuelta y marcharse, vino el ruido de las llaves y la puerta se abrió.
Un hombre alto, canoso, grande, de manos gruesas y voz grave, le dijo que pasara que la estaba esperando.
No sabe bien porque, pero a pesar de ser la primera vez que iba, todo era familiar, hasta el saludo y la mirada de ese hombre le pareció muy protector, lo sintió como si fuese su padre que, estaba dispuesto a escuchar una vez más las angustias de su hija predilecta.
La condujo por una galería y ya comenzó a sentir distinto, el olor era extraño, madera mezclado con cigarrillo y encierro, no era un clima familiar al que ella estaba acostumbrada. Respirar todos los días, el aire con olor a comida y el perfume de las plantas de su madre. Empezó a descomponerse, sudaba, la boca se le secaba. Disimulando como pudo, se dejó caer en el primer sillón que él le señaló, después se dio cuenta que era el único, pero hubiese jurado que había muchos sillones y que esperó que le indicara en el que debía sentarse.
Pasaron varios minutos para recuperarse, el Dr. no lo notó estaba acomodando su escritorio y le sirvió un vaso con agua.
La miró y sin preguntar ella supo que debía hablar, para eso estaba ahí además que sabía que la haría sentir bien descargar los miedos que en voz alta le comentó a su prima y derivaron al momento exacto en el cual se encontraba.
Mis miedos. Doctor, es volverme loca. Siento por momentos que voy a perder toda la información que tengo en mi cabeza y que no voy a reconocer a ninguno de las personas que me rodea. Olvidar todo lo vivido no me deja dormir. Paso las noches levantada, porque si me duermo puedo despertar y ser otra persona, no quiero convertirme en una mujer vacía, sin contenido ni historias. Que no sepa como seguir viviendo por no saber como hacerlo.
Quiso seguir hablando pero él la interrumpió ¿y quién es ahora? ¿Qué siente que tiene en su cabeza que no quiere perder?
Vaya, pensó, nunca le habían preguntado semejante cosas, comenzó a temblar de nuevo, y antes que la boca se le secara definitivamente trató de contestar sin espacios quien era?
Soy Irene, trabajo en una biblioteca, vivo con mis padres, tengo edad suficiente para confirmar que no me casaré. Tengo amigos y una prima que me quieren mucho y me cuidan. Salgo en las mañanas y vuelvo por las tardes. Me gustaría vivir en una casa en el campo y sentir el perfume de las flores y el sonido de un arroyo. Eso, doctor, eso soy y eso tengo y no quiero perderlo ¿usted puede ayudarme?
Paso por situaciones que me parece ya haberlas vivido , como estar acá ahora con usted. Soy una mujer normal que no quiere volverse loca, puede ayudarme por favor? A veces pienso que estoy loca y que por momentos me vuelvo normal, y que en ese trance me doy cuenta de todo y no puedo hacer nada. Que ahora con usted estoy en ese estado y que pasará en minutos. Pienso que usted me conoce y que yo lo conozco. No alcanza el tiempo en el que estoy consciente para poder solucionarlo. Quiero manejar eso, saber cuando voy a cambiar para poder evitarlo. ¿Cuál es la realidad? Comenzó a llorar, desconsoladamente, suplicando que la ayudara, sospechando que se estaba terminando el tiempo. No quiero olvidarme de las cosas, quiero recordar quien soy, porque soy una buena persona que no ha matado a nadie, no le he hecho mal a nadie. Por favor ayúdeme, mi prima dijo que usted iba a saber que hacer.
El Doctor supo que hacer, porque estos momentos de Irene cada vez eran más frecuentes. La medicó y le aviso a su prima que estaba esperando en la sala, que en unos minutos podía llevarla.
La casa de internación quedaba atrás del consultorio y a pesar de lo que Irene pensaba, pasaba más horas durmiendo que pensando. Irene no sabía quien era hace mucho tiempo, y su prima querida, vestida de uniforme blanco, era la única que se acordaba de ella.
Cuídala, le dijo a la enfermera, y no te preocupes que cuando despierte no recordará este momento.

jueves, 14 de octubre de 2010

Bienvenidos al tranvía

¿Todos los días lo mismo? ¿Cansados? ¿Problemas en el trabajo? ¿Las calles cortadas y la salud de paro?

No se preocupe: péguese una vuelta en tranvía. Los problemas seguirán igual pero usted ya no será el mismo.

Pruebe, por gusto nomás, una de esas tardes de primavera que nos regala octubre, desafiando a tanto pronosticador estrella.

Pruebe uno de estos días subir al tranvía.

No hay condiciones pero las inventamos: Dejar los problemas colgados de lado; subir con todo el tiempo como un desocupado; manejar cámaras digitales para ver sonreír a los ocupantes y no tener rumbo fijo por si surge un imprevisto.

Abstenerse los de carácter violento, mujeres con niños y hombres con sombrero. Sentir admiración por nuestros ancianos, esos que suben y bajan cada vez más despacio.

No hace falta nada más para subir al tranvía, luego todo sucede como en clase turista.
Turista feliz que se sienta esperando a que le muestren la ciudad marchando.

Entonces lo nuevo atrapa, el aire se instala en mi cara, y comienzo a sentir el aroma de las casas y en cada esquina hasta me parece que suenan campanas.

El recorrido es simple: son 32 cuadras y 14 vueltas tiene la jornada.

Las Heras es la calle de las sorpresas; la gente saluda y algunos se besan. Un contingente de existentes turistas levanta los brazos para que le toquen bocina; el chofer les sonríe y, curado de espanto, cumple con la rutina (no es para tanto…). Vaya uno a saber que les habrá hecho para que ese montón de gente le tenga respeto.

Llegando a la Peatonal nos quedamos mirando como las otras personas detienen su paso y miran las chicas que corren sin tiempo luciendo carteras que no va con la vestimenta. Todos las miran y yo también, pero soy turista y más feliz que Montaner. Alguien grita y asusta a un policía que se tira el café sobre la camisa. El desubicado gritón irrumpe la calma es que su mujer llevaba la plata. Las chicas se pierden; nosotros seguimos y los gritos se callan. No olvido el cartel: “Dirección de Turismo”.

¡Qué linda Mendoza con gente en los bares! Colón es la calle y todos de traje.

Después, por Belgrano, seguimos paseando. Es raro ver vías desde un tranvía, pero no hacemos caso. Ya estamos terminando. Pagamos un peso que ya está cobrado. Bajamos felices porque para un rato. Yo vuelvo a la vida; él sigue soñando.

No hay más que contar; sólo fue una vuelta; sentirse distinta fue una proeza. Bajo a encontrarme otra vez con las penas. El doctor tal vez me recete otra vuelta.

Maldigo el momento que rimé vida y tranvía; después fui una esclava de escribir estas líneas. Quisiera algún día encontrar a Sabina pero estoy más cerca de la vedette de mala vida.

No creo que esto pueda ser publicado. No es digno de eso ni de comentarios.

viernes, 8 de octubre de 2010

Convivencia (para el club)

Me gustaría afirmar que no soy para nada romántica, y les digo que ya estamos mal si comienzo aclarando lo que no soy.
Es que escribir sobre una palabra que solo me dispara emociones y frases comunes, muy comunes, hace que tenga ciertas críticas y deba aclarar que mi sensibilidad a veces me incomoda.
Convivencia,esa es la palabra que no puedo dejar sola. Entonces como una imán se liga con las otras, sus socias: amor, tolerencia, comprensión.
Convivir para mí es dialogar, es comprender, es tolerar, es aceptar. Una catarata de palabras, una más “bonita” que la otra. Tener una felíz convivencia, convivir en paz, “saber” convivir forman la dupla perfecta, digna de mencionar. Y todos esos vocablos tienen que ver con el amor, y aquí es donde aparece lo que no se explicar. Las emociones, las sensaciones, lo bueno, lo malo, la enfermedad, la salud, todo aporta, suma para engordar a la apetecible convivencia.

¿Qué la puede opacar y dificultar? la “difícil” esa que también encaja con fuerza y se encastra hasta la médula. Como una fiel compañera se une para formar las desagradables frases: una “difícil convivencia” que generalmente lo acompaña el “después”, si “después de una difícil convivencia” él se marchó, ella murió. No soportó esa difícil convivencia y lo abandonó.

La rapidez con la que cambiamos el sentido de la palabra, al pronunciarla se nos vuelve agria la boca.
Pero queda bien, se ajusta a ser injusta. Como si fuéramos nosotros los encargados de cambiarle el significado, abruptamente podemos transformarla en algo espantoso. Donde no hay amor, ni emociones mucho menos comprensión. Nosotros como artesanos podemos moldearlo todo y trabajar para derribarlo.
Acabar con la convivencia, enterrarla, desterrarla.
Lo hacemos, pero no sabemos que lo hacemos. Entonces tranquilos,la mayoría no somos conscientes de eso.

martes, 21 de septiembre de 2010

Es un amor de primavera. La Novia

Llegamos acá estamos, en el mejor estado.Y acá somos todas, porque todas en algún momento, fuimos, somos y seremos: La novia
Ahí es donde mejor se vive y se siente. Si!!! es verdad eso de las mariposas en el estomago, los nervios de esperarlo, de que llame. El pensar que todo se soluciona con solo mirarlo. Amar y no importar nada más. Todo lo podemos, todo lo sabemos. Es placer, felicidad, todos los días y todo el día. Esperar verlo, tocarlo, besarlo. Es el mejor estado y más ahora, en septiembre, porque todo florece y el amor florece. Disfrutarlo al máximo, sin preguntas, sin temores, sin vergüenza. Solo vivirlo porque… esto también pasará…
¡Feliz primavera! Y recuerden lo importante es ser la última no la primera

jueves, 16 de septiembre de 2010

La amante

Su vida cambió, lo que no estaba planeado, un día se le presentó. Nunca lo imaginó. Tampoco lo soñó, porque esas cosas no se sueñan. Simplemente se viven o no. Ella quiso vivirlo, eso era amor, algo que nunca había sentido, entonces estaba segura que por fin el hombre de su vida había llegado. Lo amaba, como jamás imaginó amar a alguien, lo deseaba. Se sentía completa, felíz, pero…. no única. Se convirtió en la amante de ese hombre que ya había elegido a otra mujer para vivir.

Sus días cambiaron, de la mejor y peor manera. Los fines de semanas eran eternos y los lunes mágicamente se convirtieron en esperados. Lloraba más de lo que reía, pero los dos sentimientos era intensos. Pasaba de la alegría exagerada, de sentirlo cerca y poder besarlo, al sufrimiento desgarrador de saborear la soledad cada noche y pensar que no era el único motivo de vida que él tenía.

Sus horas cambiaron, cada minuto que pasaba pensaba que podía suceder. Quería escuchar de su boca que ya lo había decidido, que no podía vivir más así. Que la dejaba para irse con ella. Comenzó a sumar los días, las horas, los minutos. Fueron muchos, demasiados para poder soportarlo.

Su vida, sus días, sus horas no fueron lo mismo. No sentía igual, no creía en nada ni en nadie. Le mintieron, amó como nunca más lo va a hacer. Se dio cuenta que la engañada era ella. La dejaron con el alma destrozada, con la primavera por venir y con la seguridad que el amor nunca existió.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La Esposa

Su amor es simple, directo, concreto, claro. Su objetivo lo siente, lo vive, lo sueña y por supuesto lo cumple. Compartir la vida con él ¡Eso! Para siempre, ¿está claro? Para siempre, cueste lo que cueste.
Eso es la esposa. La que ama hasta cuando no ama. La que a pesar de todo y “todas” estará a su lado. El “hasta que la muerte los separe” va en serio. Con eso no se jode. Los chicos, la casa, los proyectos, la plata, la soledad, el amor, el egoísmo, todo absolutamente todo se solucionan estando juntos.
Pasará por muchos “enamoramientos” pero siempre estará enamorada. Nunca mirará a otro hombre (sic) aunque pensará que es otro en ciertas ocasiones. Madre esposa, esposa madre entre esos papeles jugará siempre, sin descuidar a ninguno. Bella, fresca, divertida, firme, segura pero con los pies sobre la tierra, hasta los sueños son sueños. Lo amará siempre y solo eso la ayudará a enfrentar todo lo que se interponga en su camino.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Setiembre mes del amor: Hoy La Viuda

Abrió el paclard y vio el tapado. Siempre había estado ahí pero esta vez fue diferente. Una catarata de recuerdos la tumbaron sobre la cama. Se derrumbó. Y su mente no paró por unos minutos. Fueron muchos momentos los que volvió a vivir. Todos eran de felicidad. Se recordó sonriendo, usando ese saco y siendo felíz.
Hace tiempo que ya no lo era. El perfume impregnado fue como sentir otra vez que estaba viva.
¿Cuántas veces habían hablado de esto? ¿Cuál de los dos dejaría este mundo primero? Ella reía y le parecía absurdo todo eso. Él insistía, en que fuera feliz, que lo llorara lo justo y necesario. Ella creía que jamás pasaría. Pero ahí estaba abrazada al tapado que le regaló la última navidad en París. Y sabía, que no volvería a usarlo, no sin él. Abrazada como sosteniéndose, tenia que volver a guardarlo. Pero estaba paralizada, sabía que después no podría seguir con su vida. Bah! Eso que los demás la llamaban así, ella no. Hace tiempo que sentía que ya no vivía. No si él.

lunes, 16 de agosto de 2010

Mujeres de feriados

“Según un estudio realizado por la Universidad de Wisconsin: Las mujeres que planean cómo pasar un feriado, tienen una piel sin arrugas y viven más”
¡Paremos acá!. Esto es puro invento mío, pero ¿cuántas veces hemos leído algo parecido? Sobretodo un feriado cuando tenemos más tiempo para pasear por los diarios, ya muy aburridas de no saber que hacer.

Es obvio que no determina para nada como pases un feriado. Lo que si puede suceder es que te sientas única en vivir un día no igual a los demás. Hasta acá todo bien solo que… no sos la única que se le ocurrió esto.
Mujeres vean lo comunes que podemos llegar a ser:
Hay féminas que en estos momentos están viviendo el feriado así:

La que trabaja toda la semana y no llega a fin de mes ni para tener empleada, entonces hoy hace todo lo que no hace en la semana. (¿una recomendación?:todo permitido menos planchar. Por favor no planches, no plan-ches)

La que tiene familia y busca librarse de ella para poder: leer, fumar, depilarse y otra vez leer, fumar, depilarse…


La que hace tiempo viene pensando en dejarlo pero todavía no se anima, le encanta que llegue el feriado, porque él se va con los chicos al Shopping. Entonces, ella se tira en la cama a ver tele y tratar de no pensar. Ve películas, menos las románticas que ya no le provocan ni emoción, mientras manda mensajitos a ese amigo que la espera.

La que planeó llenar todo el fin de semana con amigos. Y así no queda tiempo para lo pendiente y no quedan espacios, ni silencios, ni miradas. Gente y ruido para poder seguir..

La abuela que todavía está con el inquieto de su nieto y como olvidaron ir a buscarlo, mientras lo cuida, se engancha con la Vida de Sandro por Crónica TV

La chica que no se casó y vive solo para su trabajo, que se aburrió de las películas de amor, de los sobrinos y de tomar mate con las amigas depresivas y decide encerrarse en su habitación con la notebook al palo hasta el otro día.

La que no se casó y le sobra la plata y amor para compartir. Pasea por su casa y ve que todo está en orden una vez más. Después de cancelar el viaje del fin de semana, termina el feriado haciendo lo que la doméstica nunca entendió: lavar la parte de atrás de los platos con Cif. Uno por uno, de la vajilla que heredó y carga la culpa de no usarla todavía.

La que acaba de reconciliarse con su pareja, y vive un finde lleno de pasión y sexo. Sexo del bueno, el de la reconciliación, el que pasa… el que se disfruta mientras dura (de duración, de continuar ¡Ups!Creo que no debí aclarar esto)

Las mujeres que decidieron quedarse en pijamas todo el día porque… si!
Las que no tiene ganas de cocinar ni los feriados ni nunca. Pero hoy la excusa es perfecta.

La que tomó la decisión y no ve la hora que este puto feriado termine para poder mañana ver la cara del jefe cuando por fin lo mande al carajo.

La que comienza en un nuevo laburo y solo pide que el baboso que la contrató no le siga mirando las gomas.
La que le dedica tiempo a su familia, y ve lo grandes que están y lo que se pierde por estar siempre apurada y llena de problemas.

Hay muchas más mujeres en un feriado.Las que trabajan como todos los días, las que piden perdón, las que ríen, las que aman, las que lloran o las que están cuidando a su amor en un hospital o las que están gritando de dolor y se convierten en mamás.
La idea es que vivamos el feriado como lo planeamos, como se nos venga en ganas.
A lo mejor el “estudio” tiene razón y se nos alarga la vida y las arrugas demoran en llegar.

martes, 10 de agosto de 2010

BM2

Y ahí me mandé, perdido por perdido sabía que esto no podía quedar así. Fui sola como la primera vez pero ahora estaba sin apoyo de mi amigo, el mensajero. Parece que se me ofendió con alguna palabrota que solté y me retiró los embajadores. Alguna vez me tenía que pasar, mi tía me lo había anunciado, sos muy boca suelta vos eh? Mucho cuidado!Y me acordé de sus palabras, porque parece que el malandra tenía corazón, escondido pero corazón al fin, sus ojos me lo decían y yo no lo quise ver.
Así que… solita mi alma, fui al encuentro de los machos pocos modernos, a enfrentarlos y cantarles la justa.

Me hice esperar, por segunda vez, como marcando el territorio pero la mirada al reloj del gran jefe cuando me vio no fue grata. Parece que llegaba tarde y el hombre me lo hizo saber, así de fácil, así de peligroso. Tragué saliva para después poder saludar.

Se me quedaron mirando como asustados, como si nunca hubiesen visto a una mujer, estaban tan desconcertados que lo disfruté por un momento.
Acepté el trabajo, por un tiempo, como prueba. Ellos no lo saben, piensan que se van a deshacer de mi cuando quieran. ¡Ja! no me conocen, lo tengo todo pensado, ya van a ver lo que es bueno. Cuando prueben el dulce, cuando estén a punto y entregados justo ahí viene el mazazo y me las tomo.

Lo que me piden no es complicado, quieren saber que dice el barrio de ellos. Me pagan pa que les cuente. Les gusta que les hablen, que le digan lo que dicen. La paga no es mucha, al final lloraron tanto que subieron un poquito. Pero igual voy a hacerlo. Una sensación muy adentrito mío me dice que siga, que los chamulle. No quiero cargar con las señales pero les aseguro que ésta es una.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Buenos muchachos

Se conocen y los conozco hace mucho. Son los chicos del barrio, esos que andan en grupo. Cuando paso por la esquina los saludo, y eso para mi, siempre fue suficiente. Es que no conversan con cualquiera, hay que estar matriculado para entrar en su club. Y de solo mirarlos, uno se da cuenta que estos chicos no son cosa fácil. Tienen códigos y lo demuestran a diario. Nunca los veo con mujeres, pero las tienen. Vislumbran un machismo simpático, respetan a la vieja por el solo hecho que les dió la vida, y a las otras, las tienen para lo que se tienen las mujeres. Son pibes buenos, educados y temidos de los que no andan con vueltas. Nunca fue fácil hacer contacto con ellos, si querías preguntarles algo o acercarte tenías que esperar que hicieran una señal. Jamás me atreví a faltarles el respeto y hablarles sin que ellos lo hicieran primero.
Hasta que un día y por las vías normales en las que se manejan, "me mandaron a llamar" con un amigo en común.
En el mensaje venía el día, hora y el lugar elegido por ellos. Demasiado organizado pa´ decirles que no. De todas formas jamás me hubiese animado.
La mañana llegó,y sin querer me hice esperar. Estaban todos, eso también fue una señal. Debo admitir que un poco de susto,seguramente, vieron en mi cara. No podía ni siquiera largar una frase completa, la boca seca y el corazón palpitando como nunca. Que los tiró... dejé que ellos empezarán la charla, sin saber mucho de estas cosas, imaginé que a los "invitados" lo tenían así acostumbrados.
Como norma que nunca falla, en el grupo hay: un pensador, uno que hace y el otro que arremete. Y por más hombres naturales que eran, no pudieron escapar al prejucio de que fue el primero de la fila el que arrancó con el verso.
Mi amigo, el mensajero, ya me lo había anticipado: "quieren hablar con vos, porque necesitan de tus servicios"
Buena para entender y viendo mi poca fama de comehombres, sabía que mis servicios eran estrictamente "laborales" y no me equivoqué, estos caballeros comenzaron a proponerme cosas, algunas indecentes pero ninguna para el escándalo.
A medida que el tiempo transcurría, me fui relajando. El miedo ya no era tanto y hasta les contestaba las preguntas más incómodas. No son tan bravos, pensaba mientras hablaban. Tenía a los dioses del machismo ahí cerquita, todos juntos y no se veían mal. Sin perder la compostura y con la caballerosidad entrenada, largaron el plan sobre la mesa, para que yo lo viera.
La idea me atrapó, no era difícil cumplir el objetivo. Y como son gente de códigos sabía que estaba por llegar el momento de hablar del "costo" de mi humilde tarea.

No voy a engrupirlos, debo decirles que la propuesta de dinero no fue tentadora. Y lo que más me molestó, es que no me sorprendió. Parece,que al hacer los números, no olvidaron mi condición de sexo débil. A mi entender, se les fue la mano...
Me fui, sin el final, sin "cerrar" dicho encuentro. Disparé, huí. Quedaron a la espera de una respuesta.
Cuando ya se me hacía la noche, emprendí una diligencia.
Como otras veces, volví a recurrir al malandra con título, esos que van directo al grano y con la fuerza que me había inyectado semejante encuentro, lo que no me habia gustado se los mandé a decir
Hoy mi amigo volvió con la respueta: los muchachos de la esquina te necesitan, requieren que te comprometas.
Me están buscando.Después de analizarlo, tomé una desición: voy a ir antes que me encuentren. Si me presento la pena será menos y no me da para hacer de esta vida una bandera del feminismo.
Necesito llevar a cabo el plan que me piden, porque son del barrio, porque son amigos, porque son...buenos muchahos.

domingo, 6 de junio de 2010

Día del periodista

Siempre en el Día del periodista podemos leer las reflexiones sobre esta tarea de comunicar. Palabras que emocionan y dignifican este trabajo.
Pero estamos, también, viviendo tiempos complicados, donde creo que la forma de contar la historia es un gran paso.
No debemos quedarnos con una sola historia.
Chimamanda Adichie es una novelista nigeriana que nos cuenta sobre el peligro que vivimos a diario de creer en estos estereotipos. "EL peligro de una sola historia" es el nombre de su relato el cual me cautivó no solo por la forma de contarlo sino porque vi el reflejo de lo que esta pasando por estos días en el periodismo y la sociedad.
Estamos en el punto clave de ese peligro.Hay muchas historias y la forma de contarlas tiene mucho que ver para que se produzcan cambios. Cómo cuentan lo que cuentan es parte fundamental para que la cantidad de información pueda ser valorada por la sociedad.
Les dejo el video. Son dieciocho minutos pero vale la pena
¡Feliz Día!



Lo vi acá

lunes, 31 de mayo de 2010

Diálogos de familia

En casa no nos caracterizamos por ser muy deportista, tenemos seguramente otras cualidades, pero el deporte es por televisión.
Hoy mi hijo llegó de la escuela con la gran noticia de que en el trimestral de Gimnasia se sacó un diez. Con toda la obviedad de una madre que se alegra por tal proeza, lo felicité, lo abracé y besé. Muy bien, repetía una y otra vez. Hasta que en un momento en el que consiguió interrumpir semejante orgullo maternal me dijo, como imaginando lo que pasaba: la prueba fue escrita.

lunes, 17 de mayo de 2010

El perfume de la "fama"

Pensé que sobre esto no iba a tener la necesidad de escribir. Que no existía razón alguna para hablar sobre las incidencias de ser famosa. Pero como me debo a mi público, se que los miles de fans estarán ansiosos de saber como estoy transitando este camino a la gloria.
Hoy los tiempos marcan que “una celebrity del éter” (como yo) le cuente a sus seguidores los sentimientos, reflexiones y lo que nos provoca haber alcanzado la popularidad.
No les puedo fallar, acá va un poco del perfume de la Fama
Debido a los últimos acontecimientos (y por el momento) sin una solución decorosa, echo mano a la providencia para ver la cosa más clara. No quiero que llegue a mayores esto que ya ha comenzado a superarme.

Veamos: desde principio de este año formo parte de un programa en una radio. La idea es que aportara desde mi humilde entender, novedades y comentarios sobre el espectáculo. Nunca había hecho radio y sinceramente a fuerza de mi inmanejable timidez el día- domingo- y el horario- 11 de la mañana- lograron seducirme.
Muy poca gente se enteró de mi intromisión al micrófono radial, solo a mis allegados les llegó la noticia de semejante atrevimiento.
Pero sorpresivamente, para mí, la gente comenzó a felicitarme o simplemente contarme que me escuchaban. Sin dudas un gran aliciente para una principiante en este oficio.
Así cada día en los lugares menos pensado inesperadamente alguien, me saludaba con un “te escuché en la radio!”– ah bien, que bueno- le respondía.
Todo marchaba de maravillas, hasta que apareció una persona que revivió en mí el fantasma de la perdedora, ese que sin tener talento me sale de putamadre.
Es un señor, que suelo saludarlo cada vez que voy a casa. No sé por dónde se enteró que los domingo si ponía la radio podía escucharme. Y así lo hace, religiosamente me rinde honor, claro que- y aquí viene el problema- tal pleitesía es a medias.
Por más que tenga el horario y el nombre bien agendado, me ha puesto un apodo, el del programa… que le sigue al mío.
-Ayer te escuché, muy lindo y muy telúrico- comentó una vez
¿Telúrico? Pensé, si hay algo de lo que escapo es precisamente de eso, pero ahí no más vino el otro elogio: que buena la música! (del grupo que jamás he puesto en mis momentos de aire)
Entonces, me di cuenta que tiene cruzado los temas, sabe que estoy en radio y cree que me escucha, pero no es así. Y no sé cómo decirle esta verdad.
Su entusiasmo por comentarme el programa ha crecido, todo se complica cada vez más. Hoy -hace unos minutos- le mentí.
-Que lindo ayer, hablaste de la biografía de Tito Francia
-Aja le dije, mientras repasaba mis palabras al aire, sobre Calamaro y El Cuarteto de Nos.
-Poné un poco de Jazz para la próxima
-ehhh bueno…
Y otra vez esta loser, saboreó lo que es el precio de la fama. Me fui rápido sin terminar la charla y con la promesa de poner un poco de jazz a su mañana del próximo domingo.
He aquí la cuestión, el problema: ¿Cómo le cumplo el deseo?
Si pongo jazz en el programa, no lo va a escuchar.
Y si le pido a la conductora del programa, del cual él es un fiel escuha, seguramente no aceptará la idea. Fusionar el Jazz con lo telúrico, Tito Francia y con todo el folcklore de nuestro país puede resultar explosivo.
La mentira irá creciendo y prepararé un excusa de porque en lugar de poner a "el Amstrong prometido" terminé poniendo la discografía completa de Los Chalchaleros.
Es así, estimados amigos, la vida de una star tiene sus bemoles.Habrá que hacerle frente

viernes, 30 de abril de 2010

Cuento 7

Apenas el reflejo de la luna y un extraño instinto me dejaban ver en medio de aquella sigilosa noche. De fondo el sonido de los búhos y el fantasmal silencio. Caminé lento, con miedo, hasta que la encontré. Ahí estaba yo, en el cementerio, frente a su tumba. Tomé la pala y me apoyé sobre ella, la tierra estaba húmeda no iba a tardar mucho, de pronto me di cuenta que no podía seguir, estaba por concretar lo que había pensado tantas veces. Me atormentaba el haber tomado sola esa decisión. Por primera vez nadie me había dicho lo que tenía que hacer. Mi corazón latía más fuerte, la excitación era como la imaginé, era el momento. Comencé a cavar sin importarme la noche, el miedo ni el silencio. Cavar hasta encontrarlo, yo lo dejé ahí y sé que allí estaría. Quería verle la cara a ese malnacido, el tipo que después de muerto seguía haciendo de mi vida algo imposible.

Ese día, fue fácil, demasiado simple, el miserable comió como un cerdo, fagocitó todo el plato sin percatar el veneno, le había puesto mucho para que lo notara. Pero nada, se atragantó y no contó más el cuento. Encima se llevó a la otra vida mi imagen tratando de ayudarlo. Desde ese día no puedo dormir, fue fácil, rápido. La Pepa me lo dijo- Qué suerte la tuya, nadie te descubrió y hasta lloraste en el velorio, todo una actriz habías resultado ¿eh?

Lo encontré, estaba ahí no más. El cajón de mierda se había abierto todo, no pude descubrirlo de a poco, no hubo misterio, de sopetón lo vi; lleno de gusanos. todo violáceo y el pelo comido. Tuve nauseas, similares a las que me provocaba en vida. Lo miré unos minutos y lo hice. El tiro retumbó en todo el cementerio. Matarlo otra vez, con un revolver iba a marcar el final. Así lo quería, sería feliz verlo bien muerto. La bala rebotó de lo duro que estaba el desgraciado y me vino a dar justo en la frente, como una señal, entre ceja y ceja. Otra vez salió todo mal. Y ahí quedé abrazada al cerdo hasta que no sentí nada más.

Dice la Pepa, que es la historia de amor más contada en el pueblo. La de una mujer que no pudo vivir sin su hombre entonces una noche destapó la tumba y se suicidó para estar con él. Pobre Pepa les dice a todos que era mi amiga y que yo lo maté, pero nadie le cree.

Porque el amor es así, los dos juntos hasta el final.

domingo, 18 de abril de 2010

La que nos faltaba: problemas con el agua

No,no no esto no puede ser!!! Al comenzar el año la propuesta fue: no me voy a hacer problema por tonterías, voy a dejar atrás la paranoia de la gripe A y la crisis que nos azotó en el 2009.
Este año vamos a tratar de “tomarnos” las cosas con calma. Ese pensamiento positivo lo trabajé hasta el cansancio. Si ni las promesas del gobernador de inaugurar una escuela por semana me cambiaron la sonrisa. Ok, allá él y esas ganas de prometer. O la inflación, la inseguridad y todo a los que no tienen acostumbrados lo asimilé de tal manera que no molestara mi humor.
¿Pero esto? Juro que nunca lo pensé: Agua contaminada ¿Con que derecho vienen a molestar mis días? Mercurio en el agua y ¿Ahora qué hago? Otra vez el miedo, la incertidumbre y el año re- ci-en- co- mien-za
Lo que tenemos es: días sin agua, la información que alguien derramó mercurio,el temor de tomar agua, que te enfermes y algunas… dudas:
La vieja frase: un vaso de agua no se le niega a nadie ¿caducó estrepitosamente?
Ya no podremos cantar bajo la ducha, ¿esa agua le hace algo a la piel y al pelo, entrará por la cabeza algo de esta contaminación?
¿El agua del bidet también tiene mercurio? Porque si es así, tendremos mercurio hasta en el or..
¿Si lleno un termómetro con agua, funciona?
La empresa que derramó esta sustancia no podría haber tirado directamente lavandina, de unas gotitas a subir la dosis uno se la banca ¿o no?
Te invitan a comer ¿ preguntás con qué agua hizo la comida?
¿Llenar la pava con agua mineral para tomar mates no es ir en contra del ritual del matero? Aguan mineral para los amargos, dejate de joder!!!
Así es, me propuse este año no entrar en la paranoia fuere cual fuere el tema, pero esto del agua contaminada no lo esperaba. ¡Qué creatividad, que manera de manejar nuestras mentes que malnacidos, que… los parió!!!

sábado, 3 de abril de 2010

Tiquismiquis

No tengo nada para decir. Un silencio trágico vino a verme y no se marcha. Es raro pero siento que la cabeza va a explotar y no sale nada de mi boca. Están ahí adentro, molestando una y otra vez. Todo el tiempo las ideas aparecen, los pensamientos se reconocen y luego un ademán los desvanece.
No tengo nada para decir. Un montón de incoherencias me distraen, hacen que vea casi todo negativo. Me deprimo.
No tengo nada para decir. Un puñado de injusticias se presentan y yo soy la única que asiste. ¿Veré injusticias donde no hay? Es posible, pero como saberlo si nadie va a la función. La levantan por falta de público. Entonces nadie habla de lo que no ve.
No tengo nada para decir. Los intolerantes me subyugan. No puedo decir que me molesta porque molesta.
No tengo nada para decir. La hipocresía se ufana y me amordaza. No la mía, a esa la domino. La ajena, me vence. Me resigno. Y el sabor es amargo.
Entonces sucede lo que siempre sucede. Un insoslayable aburrimiento comienza a convivir en mí. Es amable y duradero. Sobreviene un cansancio apremiante y ocurre lo inevitable: esta escribiente no tiene nada para decir.

martes, 2 de marzo de 2010

Cosas... que pasan

Son tiempos difíciles, la calle está dura y la gente que me rodea anda de mal en peor. Avizoro cambios porque esto puede terminar mal.
Será tal vez que le pongo mucho empeño a lo que hago o que solo es una mala racha, una tormenta ligera que debo esperar a que pase.
Tengo clientes que los llamo jefes, presto mis servicios, en realidad los cobro y por un puñado de monedas hago mi trabajo.
Pero últimamente los “jefes y yo” estamos bajo un cono de sombra y a pesar de los momentos en que el optimismo me ataca y pienso que esto también pasará, esta vez creo que debo cambiar de rubro ya que hace un tiempo que las cosas no salen como deben.
¿Será que me involucro demasiado? Da igual, ellos no lo advierten, exageré el respeto por ciertas reglar, como no llorar ni expresar sentimientos, ellos la cumplen y yo hago lo mío luego me pagan y me voy hasta la próxima. Los muchachos ignoran el motivo de su desgracia, a cada uno la suerte lo ha abofeteado hasta dejarlos tirados en el suelo. No soy yo, pero me arrastran con ellos y sus cuitas pasan a ser las mías y el negocio cae entre otras cosas.
Un buen día de verano uno de ellos desapareció, cumplió con la vieja expresión la tierra se lo tragó, claro que haciendo alguna salvedad no se lo tragó pero estuvo cerca. No supe nada más de él. Vive, pero ignoro como lo hace. Mi cobardía es suficiente como para no querer saber que hace ahora con su vida, simplemente no tengo más comunicación.
Otro “jefe” se animó a un negocio, estaba seguro que funcionaría, el tipo perdió tanta plata que se escondió en la montaña y a veces con suerte cuando tiene señal llama para saludarme. Por el tono de su voz creo, que solo el pronunciar mi nombre le provoca una gran angustia y uno de estos días usará la soga que compró en el almacén. Otra vez mi cobardía pide que si llega ese momento que no sea mi número el último que marque.
Dentro de esta cofradía que veo como se evapora, hay un tipo que ha cambiado su comportamiento y me asusta, no es el mismo de antes. Este “jefecito” callado, quieto, resignado y melancólico hace un tiempo no para de gritar, el hombre quiere de una vez por todas que el mundo se entere de que existe y que hace lo que hace. Está apurado, ansioso como si fuera poco el tiempo y quiere hacer todo lo que no hizo hasta ahora. No es malo, pero obviamente y como siempre pasa en estas cosas, sus tiempos no son los míos.
Avatares de la profesión
Viendo el panorama, mi cabeza comenzó a pedirme que hiciera algo. Me tiré el lance y fui a lo de un amigo. Un malandra con título, un poderoso, esos que es mejor que te deban un favor y no deberles. La desesperación por salir de esta oscuridad, hizo que tomara todos mis recaudos y como una fiel servidora dispuesta a todo le planteé que quería otro oficio.
Ningún problema, dijo, tengo algo para vos. Lo rápido y generoso del ofrecimiento, hizo tambalear a esta humilde dama. Con esa sorna a la que ya estoy acostumbrada, el tipo me apuró mal:
¿Y qué decís?, venís por limosna y mirá con lo que te espero! Eso sí, sin “pruritos” -me dijo el insolente-
El julepe fue demasiado, hace tiempo que no salía disparada así de un lugar.
Esa palabra que jamás me habían dicho quedó grabada en mi mente, no sé qué quería decir solo que era como un lárgate antes de que lleguen, eso sí lo entendía.
Llegué a mi casa y en el fondo del armario entre la ropa que no usaba estaba el diccionario. Como pude busqué el tremendo insulto Prurito: “Deseo persistente y excesivo de hacer algo de la mejor manera posible… el infeliz me prohibía desear hacer las cosas bien, me desparramé en el suelo con la tranquilidad de ver todo con claridad. Sonreí al pensar que no fue tan malo lo que me dijo y que sin querer me había dado una mano para salir adelante.
Como esas noches de fiesta, me serví una copa de vino y me dormí, soñando que las cosas cambiarían con todo el prurito del mundo.

martes, 23 de febrero de 2010

Vendimia 2010: Respuestas reales

Llegó el momento, Mendoza vive con todo la Vendimia 2010. Llegaron a la ciudad las representantes de cada rincón de la provincia para competir por la corona nacional.
Ya están todas las muchachas entre 18 y 22 años que existirán a pleno por dos semanas. Entrevistas en todos los medios, sus fotos en las calles y asistencia perfecta a cuanto evento les depare para mostrarse y convencer así a los mendocinos de cuál será la indicada para ser la nueva Reina Nacional de la Vendimia.
Este panorama es más o menos así desde que la Vendimia es vendimia, felizmente en algunos ítems de esta fiesta las cosas están cambiando pero en otras siguen igual. He aquí la cuestión, el sometimiento de las soberanas a las preguntas de los periodistas no sufre modificaciones. Hay un claro intento de transgredir por parte del entrevistador pero sucumbe rápidamente y se desparrama en una llanura de dudas que lo convierte en “lo mismo de siempre”
Entonces si el cambio no viene, vamos por él. Atrevidamente propongo que sean las flamantes reinas departamentales las que breguen por el cambio. A ellas les sugiero tímidamente que sean sus propias palabras las que sentencien algo nuevo.
Dicho de otra manera si las preguntas no cambian, que cambien las respuestas.

Ahí vamos:

¿Cómo llegaste a ser Reina?
El peluquero de mi pueblo hace muchos años que “atiende” a mi mamá, y cuando cumplí los quince ya le dijo que me anotaba para presentarme. Me fueron a buscar y aquí estoy…

Un mensaje para tu departamento
Más que a mi gente, le quiero hablar al intendente: por favor si puede arreglar las calles y limpiar las acequias está muy sucio todo

¿Cúal es tu hobby? (Esta está siempre)
Mirá, estudio (asistente social o maestra para discapacitados esto es una constante que no creo que cambie). Trabajo para poder pagar la facultad, cuido a mis hermanitos en las tardes cuando mi vieja hace terapia, y le hago la cena a mi papá que siempre llega tarde y "sin hambre". Veo a mi novio en algún momento y acompaño a mi amiga que tiene bulimia. Te parece que me queda tiempo para algún hobby?

¿Qué parte del cuerpo te operarías?
El apéndice, siempre estoy con el miedo que me explote en cualquier momento

¿Cuáles son tus planes a largo plazo?
Hace un mes no tenía ni idea que iba a estar con capa y corona respondiendo preguntas y querés saber cuáles son mis planes. No sé qué voy a hacer mañana…

¿Nos contás algo de tu ciudad? ¿Qué es lo lindo y lo feo que tiene?
Lo lindo la gente, aunque pueblo chico, infierno grande, pero se sobrevive porque nos conocemos todos.
Lo feo: y... no te recomiendo un domingo a la tarde

¿Cómo está formada tu familia?
Mi familia está “reformada”, mis padres tuvieron un impasse pero ya está todo tranquilo. Tengo papá, mamá y dos hermanos más chicos y una hermana más grande por parte de mi papá, es el “impasse” que todavía no conozco. Pero aprovecho y le mando saludos

¿Cómo te llevás con la tecnología?
Fui una de las primeras en tener fotolog, estoy en facebook y twitter. Con mi primer sueldo compré un blackberry y tengo más de novecientos cincuentas amigos en la web. Gané dos veces el Campeonato quien manda más rápido mensajito de texto. ¿Decime vos cómo me llevo con la tecnología?

¿Cómo te conquista un hombre?
Con que pague la cena y yo no tenga que poner plata en ningún momento de la noche, es suficiente

¿Qué pensás del gobernador?
-No tenía una idea formado al respecto. Pero antes de venir para acá, por suerte, mi Intendente me puso al tanto de lo que tengo que decir, ¿te lo digo?

-¡No! No, gracias pasemos a última pregunta.

-Salís elegida Reina Nacional de la Vendimia ¿cuál será tu mensaje?
Primero agradecer a mi familia que me apoyo en todo momento (esto es como la corona, tiene que estar, regla principal) y después aprovechar al máximo esta oportunidad para contarle al gobernador y a todos los mendocinos que mi pueblo está en el olvido hace mucho tiempo. Ahora que llevo una corona Nacional es un buen momento para mostrar las desgracias y los sufrimientos de todos sus habitantes. Seguramente será un bajón pero sin dudas, el momento ideal para pedir trabajo y ayuda para mi gente.


Por último, y va gratis, decir todo el tiempo: “Vendimia Veintediez” es re cool

viernes, 19 de febrero de 2010

Sabina en Mendoza


El saludo de Joaquin Sabina en Mendoza
13 de febrero 2010

Uno, escribe siempre la misma canción
sobre un niño con cara de viejo
que se atreve a volar bajo el cielo marrón
que agoniza detrás del espejo.

Uno, inventa siempre la misma canción
del poeta borracho y su musa
del teclado mellado del acordeón
del pecado mortal sin excusas.

Uno, uno canta siempre la misma canción
otra noche en el bar de la esquina
cerca de la estación donde duerme un vagón
cuando el tiempo amenaza rutina.

Uno, rumia siempre la misma canción
como un perro ladrando a la luna
con la misma trompeta y el mismo trombón de mariachi
que no hizo fortuna.

Uno, acaba nunca la misma canción
con acordes que el viento desbroza
luego llega la hora de alzarse el telón
y es un lujo, volver a Mendoza


martes, 9 de febrero de 2010

Campaña "Salvar un periodista"

Muy buena idea de periodistas anónimos que cuentan como esta profesión, la más vieja del mundo, te puede convertir en un ser sin emociones, sin pasión y sin sentido. "Por una vida digna, sé experiodista" reza el lema.





Hay más testimonios en el blog

Lo vi acá

jueves, 28 de enero de 2010

La Nana en Chile, de película



La imagen es fuerte, el domingo en un diario de Chile publicaron la foto de una Nana, sosteniendo la sombrilla –quitasol dirían ellos- a sus patrona, dueña y ama.
Y si, la imagen es fuerte. Me impresionó estar tan cerca de alguien tan atroz, me asustó mi ingenuidad de pensar que esos signos de esclavitud no existían, me espantó pensar que no todos pensamos que somos iguales. Me asustó el poder, lo sorete de esa mujer dueña de nada y me conmovió la desesperación de esa Nana para soportar tanta humillación.
Por supuesto esta foto, que sacó una estudiante y subió a la web, armó gran revuelo. Y las interpretaciones se enfrentaron. Algunos suponen que no fueron más de diez minutos, como si estos actos se midieran por tiempo. Diez minutos, una hora, un minuto no lo hace menos o más ofensivo. Otros que no lo sostenía sino que justamente estaba acomodándolo en la arena. Otros que está bien, para eso están las empleadas y los que piensan que está mal pero mientras existan personas que se crean dueños del mundo estas fotos van a seguir apareciendo.
La imagen es… fuerte! Es La Nana de Chile y desgraciadamente no estoy hablando de la película.

sábado, 23 de enero de 2010

No es lo mismo

cerrado por vacaciones que
REGRESO EN CINCO MINUTOS
(está última es la más acertada)
"cinco minutos" en sentido figurativo ¡claro!