domingo, 16 de octubre de 2011

Día de la Madre, se escribe con mayúsculas

Yo te lo dije, acá se hace lo que yo digo, lo único que quiero es que seas feliz, qué razón tenía mi madre, dale hacelo por mí
Cuantas veces nos juramos no repetir estas frases. Cuantas veces la miramos con odio a ella, a mamá mientras las decía. Cuantas veces sentimos que no nos entendía, que ella no tenía ni idea de lo que nos estaba pasando. Cuantas veces la creímos injusta, si que injusta sos mamá conmigo.
Así, de a ratos como esa relaciones que no se pueden explicar, uno pasa de la bronca al amor más profundo. Y así pasan los años, queriéndola sin comprenderla. Crecemos juntas, nosotros como hijos y ellas como madre. Y aunque parezca que todo lo saben, debo decirles que… todo lo saben. Cuando estamos mal, cuando nos estamos por enfermar o tenemos algún problema, ellas presienten y sienten con la firmeza de una madre. Y la vida transcurre, de esa manera equivocándonos, nosotros y ellas. Perdonando, acompañando, olvidando. Hasta que un día como una estigma que nos alcanza, nos encontramos escuchando otra vez esas temibles frases. Yo te lo dije, acá se hace lo que yo digo, lo único que quiero hijo, es que seas feliz; qué razón tenía mi vieja, y en ese instante nos damos cuenta que salen de nuestra bocas, que nos convertimos en ese ser sin querer. Si, somos madres y la vida nos cambia, como le cambió a ella el día que naciste, igualito. Entonces comenzamos a comprender, que no es fácil la tarea, que esas frases deben irremediablemente pronunciarse alguna vez. Cerramos los ojos y recordamos momentos de nuestra infancia, y entendemos, sentimos y pensamos, como madre, como ella. ¡Uhhh! cuánta razón tenía mi vieja. Y es ahí cuando la vida nos reconcilia, nos une, nos da esa dicha de poder darnos cuenta que siempre es tiempo, para disfrutarla, para recordarla para homenajearla. Y hoy es uno de esos día, aunque madres se es todos los días, hoy en el Día de la Madre está bueno pensar, por un momento, que madre hay una sola y que justo te vino a tocar a vos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Laguna

El señor del mostrador llenaba una ficha de pronto preguntó ¿nombre del padre? se me hizo una laguna, no sabía que decir, me puse tan nerviosa que el tipo comenzó a mirarme mal. Moví la cabeza, suspirando y dudando le mandé "Alfredo" así, de un tirón. No me creyó y está bien, Jorge se llamaba el viejo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Sin pena, Gloria cumplió años

Había aprendido a no odiarlos, desde hace unos años le daba igual. Cumplir años no le quitaba el sueño y vivir ese día con la firme intención de pasarlo, ya le era suficiente.
El día llegó, uno más pensó, 52 se dijo apretando los dientes.Estaba más fuerte que nunca, entonces como muestra de coraje, de las últimas en su vida, llamó a dos viejos amigos, para que fueran a visitarla.
DE esos clientes que duran toda una vida y no fallan casi nunca. Se levantó temprano y ventiló la pieza permitió que, por lo menos, ese día entrara el sol. En un derroche de festejo puso mantel y lavó las copas, las tres que necesitaba. Buscó buen vino y miró la botella con desprecio, como se miran los regalos que no interesan de quien venga. No tenía la menor idea quién se la regalo y no hizo mucho esfuerzo por recordar, seguramente fue parte de pago de algún momento vivido. Nada del otro mundo, algún tipo roñoso que completó la paga con la bebida.
Faltaba música, puso la radio, no tenía ganas de escarbar en la cómoda los discos que la hacían llorar, además ya era la hora y los invitados estaban por llegar.
Se miró por última vez en el espejo, como en las viejas épocas se perfumo, con la absoluta certeza que esta vez, nadie lo apreciaría.
Escuchó los pasos, sin disimular la ansiedad por ver a alguien, abrió la puerta antes que golpearan. Los dos amigos, como viejos conocidos, estaban frente a ella. La saludaron con un tibio beso y los alumnos a coro le desearon felíz cumpleaños.
Pasaron y se acomodaron en unas sillas que estaban en el centro de la pieza. Conocían el lugar como la palma de la mano, pero no se percataron que estaba ventilado, ni siquiera miraron el mantel. Una falta de cortesía ya que no estaban elegido al azar. Hubo cientos como ellos, mejores y más buenos, pero eran partes del pasado. Los presentes tenían algo en común, esta mujer fue la única en sus vidas. Algo que a la dama en cuestión nunca le importó, pero por alguna razón quiso verlos después de tanto tiempo.
El màs viejo, había debutado con la cumpleañera, hacía tanto que no daba para nostalgia y mejor no recordarlo. Había que acostarse con ese tipo tan raro, rebuscado, oscuro, lleno de odio, pobre y sucio pa’ completar el cartón.
El más joven, acusaba los cuarenta de edad, alguna tarde le había confesado que ella fue la única. En un momento de su vida, se percató que no solo le bastaba con ponerla. Siempre le recordaba que iba a visitarla porque en la pensión estaba aquel muchacho que lo perturbó muchos años. Con los años se le dio pero también le dieron. Había sufrido los peores vejámenes y estaba desilusionado de las putas y de los putos. Solo acepté venir porque era su onomástico le dijo el atrevido. Ella lo acarició, una vez más, como lo hacen las madres y lo besó en la frente.
El sucio se reía, y ya pedía más vino. Siempre igual vos eh? Le dijo la dama de honor. -No mi Reina, la gente cambia, mírate vos sino, y largó la carcajada, esa que la hacía estremecer aquellas noches y ésta también.
No había más que festejar, se acabó la bebida se acabó el cumpleaños. Los dos como vinieron se fueron.
Cerró la puerta, con la firme decisión de seguir viviendo, y dejó las copas en remojo. Se fue a dormir, sin bañarse y eso la alivió. Siempre supo que su vida no tendría un buen final.
Esa noche no pensó en morir, para eso habría tiempo. Rezó su frase preferida “mañana será otro día” le gustaba mentirse cada noche, durante mucho tiempo lo hizo, por qué dejar de hacerlo ahora.

domingo, 15 de mayo de 2011

Fuerza Totales para Cerati

“Raro” esa es la palabra que le cabe a este día. Si! es un día raro, de los que amanecen con sensaciones confusas, vagas, imprecisas. Es que un 15 de mayo del 2010 a Gustavo Cerati le dio un acv. Hace exactamente un año, y desde ese momento lo esperamos. Es que él está… sin estar, a èl lo lloramos… sin llorar.
Hoy pondré su música, hablaré sobre él. En cada palabra desearé que vuelva o soñaré que, quizás, como pasa en esas películas de Holywood, el protagonista despierte de un sueño profundo y puede volver a vivir.

Pondré toda mi voluntad para que esa ilusión algún día se cumpla. Porque Gustavo respira, y si hay vida hay esperanzas.

Hoy no pasaré por alto aquél día, no me fue indiferente ni lo es ahora. Por que
crecí con su música, porque fui a ver sus show, porque sus letras fueron y son un regalo para nuestras almas, por que es un gran artista, porque lo respeto y porque reconozco su arte. Hoy hace un año que Gustavo Cerati duerme, podré preguntarme porque a èl pero también podré preguntar por que no a él? De nada servirán las respuestas… no son esas las que se esperan.
Mientras tanto me queda su música. Entonces cada vez que escuche sus canciones, como una plegaria nacida un domingo, pediré casi susurrando, “Fuerzas… de las totales para Cerati”

jueves, 10 de febrero de 2011

Diálogos de familia:

Está instalado que mi hija es igual al padre y el varón salió a mi o sea la madre. Siempre salen esas comparaciones. El otro día, padre e hija comentaban con asombro, que sin decirse nada habían buscado en Internet el colegio donde ella comienza este año. Nunca se me hubiese ocurrido dije, pero miré a mi hijo y sentí que también habíamos hecho lo mismo: nosotros buscamos "claromecó" en la web

Cría cuervos
Más de una,como mi madre, disfruta ver las respuestas que me dan mi hijos, una especie de "algún día te tenía que tocar" y es así que padezco y bebo mi propio veneno. Tengo todo un tema con las comidas envasadas, desconfió más que Pappo y siempre encuentro algo para criticar. Así el otro día cuando terminamos de comer, pregunté si no le habían sentido gusto a desinfectante al puré comprado, mi hijo contestó: no se mamá, nunca probé el desinfectante.

miércoles, 12 de enero de 2011

¿Gorda, te pasa algo?

Noche calurosa, cansada y aburrida, todo lo necesario para que, si alguien te invitaba a cenar aceptabas sin pensarlo. Y eso hice, fui a los de unos amigos, gente grande, que podrían ser mis viejos, pero tienen el alivio que no lo son .
Prepararon cosas ricas para comer. Muchas. Llegué y estaba todo listo, como cuando mi vieja me esperaba con la comida, con la sonrisa en la puerta y ansiosos por verme. ¡Que bueno! -pensé- faltaba solo sacarme los zapatos, recogerme el pelo y cruzar las piernas para sentirme en casa. Pero no hizo falta, comenzamos a comer y disfrutar de la cena, aunque la insistente manera de decirme todo el tiempo que comieras comenzó a inquietarme.
Hablamos de cualquier tema y cada tanto interrumpían con un : “comé Laurita, no estás comiendo nada” Parte de ser buenos anfitriones fue insistir toda la noche en que comiera.
Y si hay algo que soy es... obediente. Entonces “Laurita” comenzó a darle al diente. Sin delicadezas, cansada y aburrida, como rubia que hace dietas y pregunta boludeces.

Saboreé, gocé, deleité sin saber lo que me esperaba. Relajada y con ganas de ir a dormir, luego del postre y el fernet llegó la hora de marcharse,quien les habla se levantó del cómodo sillón y comenzó la retirada. Ahí fue cuando en un momento y por la espalda sentí la estocada final, la que no se espera , la que te amarga la noche, el día y la semana. La inesperada. Cuando ya sentía que lo de panza llena corazón contento se estaba cumpliendo, el jefe de la casa, el viejo amoroso que pidió solo salud en el brindis de Año Nuevo, el mismo, me zampó: Che, está más gorda vos no?
-Si… puede ser … (me quedé sin palabras, sin aliento sin ganas de vivir)
-Seeee está más gorda, unos dos kilos por lo menos… pero bueno quédate ahí eh?, no sigas más, ahí está bien

¡Je! ¿en que receta, hormona, recuerdo, arteria seca se le perdió al veterano que jamás, pero jamás a una mujer se le dice que está mas gorda?
Ni las mujeres tenemos preparado que decir cuando te largan semejante crueldad

¿Qué le cambió a él decirme eso? porque a mi me jodió el martes

Gracias por todo, recuerdo haberle dicho cuando me despedí. Y huí, corriendo para quemar calorías, aunque sea las de la cena. Transpiré, me agité y así llegué a casa arrastrando mi noche la cansada, la calurosa, la aburrida pero Gorda sobretodo más gorda!