lunes, 31 de mayo de 2010

Diálogos de familia

En casa no nos caracterizamos por ser muy deportista, tenemos seguramente otras cualidades, pero el deporte es por televisión.
Hoy mi hijo llegó de la escuela con la gran noticia de que en el trimestral de Gimnasia se sacó un diez. Con toda la obviedad de una madre que se alegra por tal proeza, lo felicité, lo abracé y besé. Muy bien, repetía una y otra vez. Hasta que en un momento en el que consiguió interrumpir semejante orgullo maternal me dijo, como imaginando lo que pasaba: la prueba fue escrita.

lunes, 17 de mayo de 2010

El perfume de la "fama"

Pensé que sobre esto no iba a tener la necesidad de escribir. Que no existía razón alguna para hablar sobre las incidencias de ser famosa. Pero como me debo a mi público, se que los miles de fans estarán ansiosos de saber como estoy transitando este camino a la gloria.
Hoy los tiempos marcan que “una celebrity del éter” (como yo) le cuente a sus seguidores los sentimientos, reflexiones y lo que nos provoca haber alcanzado la popularidad.
No les puedo fallar, acá va un poco del perfume de la Fama
Debido a los últimos acontecimientos (y por el momento) sin una solución decorosa, echo mano a la providencia para ver la cosa más clara. No quiero que llegue a mayores esto que ya ha comenzado a superarme.

Veamos: desde principio de este año formo parte de un programa en una radio. La idea es que aportara desde mi humilde entender, novedades y comentarios sobre el espectáculo. Nunca había hecho radio y sinceramente a fuerza de mi inmanejable timidez el día- domingo- y el horario- 11 de la mañana- lograron seducirme.
Muy poca gente se enteró de mi intromisión al micrófono radial, solo a mis allegados les llegó la noticia de semejante atrevimiento.
Pero sorpresivamente, para mí, la gente comenzó a felicitarme o simplemente contarme que me escuchaban. Sin dudas un gran aliciente para una principiante en este oficio.
Así cada día en los lugares menos pensado inesperadamente alguien, me saludaba con un “te escuché en la radio!”– ah bien, que bueno- le respondía.
Todo marchaba de maravillas, hasta que apareció una persona que revivió en mí el fantasma de la perdedora, ese que sin tener talento me sale de putamadre.
Es un señor, que suelo saludarlo cada vez que voy a casa. No sé por dónde se enteró que los domingo si ponía la radio podía escucharme. Y así lo hace, religiosamente me rinde honor, claro que- y aquí viene el problema- tal pleitesía es a medias.
Por más que tenga el horario y el nombre bien agendado, me ha puesto un apodo, el del programa… que le sigue al mío.
-Ayer te escuché, muy lindo y muy telúrico- comentó una vez
¿Telúrico? Pensé, si hay algo de lo que escapo es precisamente de eso, pero ahí no más vino el otro elogio: que buena la música! (del grupo que jamás he puesto en mis momentos de aire)
Entonces, me di cuenta que tiene cruzado los temas, sabe que estoy en radio y cree que me escucha, pero no es así. Y no sé cómo decirle esta verdad.
Su entusiasmo por comentarme el programa ha crecido, todo se complica cada vez más. Hoy -hace unos minutos- le mentí.
-Que lindo ayer, hablaste de la biografía de Tito Francia
-Aja le dije, mientras repasaba mis palabras al aire, sobre Calamaro y El Cuarteto de Nos.
-Poné un poco de Jazz para la próxima
-ehhh bueno…
Y otra vez esta loser, saboreó lo que es el precio de la fama. Me fui rápido sin terminar la charla y con la promesa de poner un poco de jazz a su mañana del próximo domingo.
He aquí la cuestión, el problema: ¿Cómo le cumplo el deseo?
Si pongo jazz en el programa, no lo va a escuchar.
Y si le pido a la conductora del programa, del cual él es un fiel escuha, seguramente no aceptará la idea. Fusionar el Jazz con lo telúrico, Tito Francia y con todo el folcklore de nuestro país puede resultar explosivo.
La mentira irá creciendo y prepararé un excusa de porque en lugar de poner a "el Amstrong prometido" terminé poniendo la discografía completa de Los Chalchaleros.
Es así, estimados amigos, la vida de una star tiene sus bemoles.Habrá que hacerle frente