jueves, 25 de octubre de 2018

Cero imaginación

¿Te pones tacos para limpiar? Le preguntó el marido a Vicky mientras desayunaban. 
Ella lo miró sorprendida, a la vez que pensó, que seguro no quiso decir lo que dijo. 
-No, no voy a limpiar, le aclaró, voy al médico. 
Él bajó la cabeza y siguió tomando el café, mientras miraba el celular.
A Vicky se le revolvieron un poco las tripas, últimamente esa sensación de angustia y bronca, le viene seguido. 

Pero no quiso profundizar, ella tiene miedo de indagar en algunos temas que hace tiempo la persiguen.
Pensó en sacarse los tacos, no esperaba esa reacción.

Si, es cierto,  quería sorprender, porque nunca usa tacos para desayunar, pero no era lo que imaginó.
Igual a Vicky, la imaginación le anda fallando



lunes, 8 de octubre de 2018

La Beriso: un pecado capital

Mi estadía en un recital de sábado en el Arena Maipú, duró apenas algo más de una hora. Aquí el  comentario de una noche inconclusa.
¿Quién no tiene un vecino que escucha La Beriso al palo? Siempre tenemos a algunos cerca. Bueno el sábado, en el Arena Maipú, estaban todos juntos. Una de mis grandes intrigas por lo  que decidí ir a verlos es que quería saber qué tipo de público asiste a esos shows. Y es ahí que pensé si ese vecino -algo mayor- que pone los fines de semana el disco Pecado Capital a todo volumen en el barrio no vivió los 20 años del grupo, si los acompañó a  celebrar “tantas noches de gira” de la banda.
La Beriso es una banda que se caracteriza por las letras de sus temas,  no precisamente por la música. Algo limitados en lo musical pero -y a favor de ellos- saben brindar dignamente un show. Son laburantes y eso se nota. Ahora bien, que quede claro que aquel que fue a l recital  y pagó su entrada la pasó bien.
Las canciones están cargadas de sentimientos, estrofas dedicadas a la soledad, a una ausencia que provoca tanta tristeza refugiada en un estribillo.  Prosas que impulsan un encuentro con ese ser querido que perdimos. Y  todos tenemos a quien dedicarle esas melodías. Entonces las almas presentes, en el concierto, realizan una especie de catarsis que permite que salgas del lugar más aliviado.
A tal punto es la entrega sobre el escenario que Rolo dedica pocas palabras al público, las correctas ante de cada canción. Al fin y al  cabo es lo que queremos cuando vamos a un recital.
Créanme  que cuando  interpreta  “Sobreviviendo” -y como una ironía- fue uno de los momentos más para “arriba” de la noche, y le cae también bien a la banda ese tema… Con su voz tan particular cantando “cuanta tragedia sobre esta tierra” hace pensar que Víctor Heredia la compuso pensando en ellos.
Con una tribuna completa y un campo donde se podía caminar tranquilamente, las 3.000 personas que disfrutaron de esa noche tuvieron además un plus y es que Marciano Cantero y Felipe Staiti  cantaron Ingrata junto con La Beriso.  Un gran honor para la banda de Avellaneda de compartir un tema con los integrantes de una de las bandas más reconocidas en Latinoamérica.
Por último, algo  más pudo contribuir a mi huida del lugar: nunca entenderé por qué la persona que estaba a mi lado lado, sumó al placer de escuchar su banda favorita el placer, para él, de prenderse un cigarrillo.  Muchos  son los que hacen cómplices al resto de  algo  que no está permitido, además del olor en la ropa que te queda... ¡son infumables!
Ni hablar de las señoras que filman o toman una foto con el flash a full en las nucas de los presentes. Filmaron una nuca chicas, por favor, ¡pónganse las pilas! En un show con millenials no sucede.
Lo cierto es que pasado más de la mitad del show, sentí que era suficiente para mí. De manera apropiada me fui de ese lugar, claro que colmada de los acordes que cumplían veinte años.