lunes, 16 de agosto de 2010

Mujeres de feriados

“Según un estudio realizado por la Universidad de Wisconsin: Las mujeres que planean cómo pasar un feriado, tienen una piel sin arrugas y viven más”
¡Paremos acá!. Esto es puro invento mío, pero ¿cuántas veces hemos leído algo parecido? Sobretodo un feriado cuando tenemos más tiempo para pasear por los diarios, ya muy aburridas de no saber que hacer.

Es obvio que no determina para nada como pases un feriado. Lo que si puede suceder es que te sientas única en vivir un día no igual a los demás. Hasta acá todo bien solo que… no sos la única que se le ocurrió esto.
Mujeres vean lo comunes que podemos llegar a ser:
Hay féminas que en estos momentos están viviendo el feriado así:

La que trabaja toda la semana y no llega a fin de mes ni para tener empleada, entonces hoy hace todo lo que no hace en la semana. (¿una recomendación?:todo permitido menos planchar. Por favor no planches, no plan-ches)

La que tiene familia y busca librarse de ella para poder: leer, fumar, depilarse y otra vez leer, fumar, depilarse…


La que hace tiempo viene pensando en dejarlo pero todavía no se anima, le encanta que llegue el feriado, porque él se va con los chicos al Shopping. Entonces, ella se tira en la cama a ver tele y tratar de no pensar. Ve películas, menos las románticas que ya no le provocan ni emoción, mientras manda mensajitos a ese amigo que la espera.

La que planeó llenar todo el fin de semana con amigos. Y así no queda tiempo para lo pendiente y no quedan espacios, ni silencios, ni miradas. Gente y ruido para poder seguir..

La abuela que todavía está con el inquieto de su nieto y como olvidaron ir a buscarlo, mientras lo cuida, se engancha con la Vida de Sandro por Crónica TV

La chica que no se casó y vive solo para su trabajo, que se aburrió de las películas de amor, de los sobrinos y de tomar mate con las amigas depresivas y decide encerrarse en su habitación con la notebook al palo hasta el otro día.

La que no se casó y le sobra la plata y amor para compartir. Pasea por su casa y ve que todo está en orden una vez más. Después de cancelar el viaje del fin de semana, termina el feriado haciendo lo que la doméstica nunca entendió: lavar la parte de atrás de los platos con Cif. Uno por uno, de la vajilla que heredó y carga la culpa de no usarla todavía.

La que acaba de reconciliarse con su pareja, y vive un finde lleno de pasión y sexo. Sexo del bueno, el de la reconciliación, el que pasa… el que se disfruta mientras dura (de duración, de continuar ¡Ups!Creo que no debí aclarar esto)

Las mujeres que decidieron quedarse en pijamas todo el día porque… si!
Las que no tiene ganas de cocinar ni los feriados ni nunca. Pero hoy la excusa es perfecta.

La que tomó la decisión y no ve la hora que este puto feriado termine para poder mañana ver la cara del jefe cuando por fin lo mande al carajo.

La que comienza en un nuevo laburo y solo pide que el baboso que la contrató no le siga mirando las gomas.
La que le dedica tiempo a su familia, y ve lo grandes que están y lo que se pierde por estar siempre apurada y llena de problemas.

Hay muchas más mujeres en un feriado.Las que trabajan como todos los días, las que piden perdón, las que ríen, las que aman, las que lloran o las que están cuidando a su amor en un hospital o las que están gritando de dolor y se convierten en mamás.
La idea es que vivamos el feriado como lo planeamos, como se nos venga en ganas.
A lo mejor el “estudio” tiene razón y se nos alarga la vida y las arrugas demoran en llegar.

martes, 10 de agosto de 2010

BM2

Y ahí me mandé, perdido por perdido sabía que esto no podía quedar así. Fui sola como la primera vez pero ahora estaba sin apoyo de mi amigo, el mensajero. Parece que se me ofendió con alguna palabrota que solté y me retiró los embajadores. Alguna vez me tenía que pasar, mi tía me lo había anunciado, sos muy boca suelta vos eh? Mucho cuidado!Y me acordé de sus palabras, porque parece que el malandra tenía corazón, escondido pero corazón al fin, sus ojos me lo decían y yo no lo quise ver.
Así que… solita mi alma, fui al encuentro de los machos pocos modernos, a enfrentarlos y cantarles la justa.

Me hice esperar, por segunda vez, como marcando el territorio pero la mirada al reloj del gran jefe cuando me vio no fue grata. Parece que llegaba tarde y el hombre me lo hizo saber, así de fácil, así de peligroso. Tragué saliva para después poder saludar.

Se me quedaron mirando como asustados, como si nunca hubiesen visto a una mujer, estaban tan desconcertados que lo disfruté por un momento.
Acepté el trabajo, por un tiempo, como prueba. Ellos no lo saben, piensan que se van a deshacer de mi cuando quieran. ¡Ja! no me conocen, lo tengo todo pensado, ya van a ver lo que es bueno. Cuando prueben el dulce, cuando estén a punto y entregados justo ahí viene el mazazo y me las tomo.

Lo que me piden no es complicado, quieren saber que dice el barrio de ellos. Me pagan pa que les cuente. Les gusta que les hablen, que le digan lo que dicen. La paga no es mucha, al final lloraron tanto que subieron un poquito. Pero igual voy a hacerlo. Una sensación muy adentrito mío me dice que siga, que los chamulle. No quiero cargar con las señales pero les aseguro que ésta es una.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Buenos muchachos

Se conocen y los conozco hace mucho. Son los chicos del barrio, esos que andan en grupo. Cuando paso por la esquina los saludo, y eso para mi, siempre fue suficiente. Es que no conversan con cualquiera, hay que estar matriculado para entrar en su club. Y de solo mirarlos, uno se da cuenta que estos chicos no son cosa fácil. Tienen códigos y lo demuestran a diario. Nunca los veo con mujeres, pero las tienen. Vislumbran un machismo simpático, respetan a la vieja por el solo hecho que les dió la vida, y a las otras, las tienen para lo que se tienen las mujeres. Son pibes buenos, educados y temidos de los que no andan con vueltas. Nunca fue fácil hacer contacto con ellos, si querías preguntarles algo o acercarte tenías que esperar que hicieran una señal. Jamás me atreví a faltarles el respeto y hablarles sin que ellos lo hicieran primero.
Hasta que un día y por las vías normales en las que se manejan, "me mandaron a llamar" con un amigo en común.
En el mensaje venía el día, hora y el lugar elegido por ellos. Demasiado organizado pa´ decirles que no. De todas formas jamás me hubiese animado.
La mañana llegó,y sin querer me hice esperar. Estaban todos, eso también fue una señal. Debo admitir que un poco de susto,seguramente, vieron en mi cara. No podía ni siquiera largar una frase completa, la boca seca y el corazón palpitando como nunca. Que los tiró... dejé que ellos empezarán la charla, sin saber mucho de estas cosas, imaginé que a los "invitados" lo tenían así acostumbrados.
Como norma que nunca falla, en el grupo hay: un pensador, uno que hace y el otro que arremete. Y por más hombres naturales que eran, no pudieron escapar al prejucio de que fue el primero de la fila el que arrancó con el verso.
Mi amigo, el mensajero, ya me lo había anticipado: "quieren hablar con vos, porque necesitan de tus servicios"
Buena para entender y viendo mi poca fama de comehombres, sabía que mis servicios eran estrictamente "laborales" y no me equivoqué, estos caballeros comenzaron a proponerme cosas, algunas indecentes pero ninguna para el escándalo.
A medida que el tiempo transcurría, me fui relajando. El miedo ya no era tanto y hasta les contestaba las preguntas más incómodas. No son tan bravos, pensaba mientras hablaban. Tenía a los dioses del machismo ahí cerquita, todos juntos y no se veían mal. Sin perder la compostura y con la caballerosidad entrenada, largaron el plan sobre la mesa, para que yo lo viera.
La idea me atrapó, no era difícil cumplir el objetivo. Y como son gente de códigos sabía que estaba por llegar el momento de hablar del "costo" de mi humilde tarea.

No voy a engrupirlos, debo decirles que la propuesta de dinero no fue tentadora. Y lo que más me molestó, es que no me sorprendió. Parece,que al hacer los números, no olvidaron mi condición de sexo débil. A mi entender, se les fue la mano...
Me fui, sin el final, sin "cerrar" dicho encuentro. Disparé, huí. Quedaron a la espera de una respuesta.
Cuando ya se me hacía la noche, emprendí una diligencia.
Como otras veces, volví a recurrir al malandra con título, esos que van directo al grano y con la fuerza que me había inyectado semejante encuentro, lo que no me habia gustado se los mandé a decir
Hoy mi amigo volvió con la respueta: los muchachos de la esquina te necesitan, requieren que te comprometas.
Me están buscando.Después de analizarlo, tomé una desición: voy a ir antes que me encuentren. Si me presento la pena será menos y no me da para hacer de esta vida una bandera del feminismo.
Necesito llevar a cabo el plan que me piden, porque son del barrio, porque son amigos, porque son...buenos muchahos.