lunes, 23 de febrero de 2009

Sector VIP (parte uan)

Para que un show sea grande, entre otras cosas, debe tener un sector VIP. Es una condición excluyente de los últimos años, ya que “esa gente” que acude con ciertos privilegios le da un nivel al espectáculo y viceversa.
En Mendoza los VIP funcionan-más o menos - así:

La Entrada
Te dan una “pulserita” de colores superlindos, a partir de ese momento ya sos “diferente” a los demás. Luego te mandás a la puerta, VIP obvio , donde unos muchachotes de traje negro te abren paso -mientras de reojo le dicen al resto, que están equivocados, que su entrada corresponde a la cola de tres cuadra de gente común- a vos con una sonrisa te muestran el camino del éxito.
Al final de ese camino, hay una carpa que dispara música y risas de gente que, por supuesto , es feliz. Porque es… VIP
Escapando de las miradas con odio de los que pegan la vuelta, o sea todos, más la prisa por entrar, antes que se den cuenta que de VIP no tengo nada, entro a la carpa.
Un mozo amable - de verdad es amable- me ofrece algo de tomar. Con mi copa en la mano, saludo a unas chicas lindas que me avanzan y me entregan una bolsa. Primer problema de la noche: empezamos mal, porque salí de casa sin nada, ni bolso, ni cartera, las manos libres para disfrutar de la noche. La bolsita con anotadores, llaveros me dice que va a molestar todo el tiempo y no podré deshacerme de ella. Semejante estorbo trae también, el cd+dvd de la banda que voy a ver en minutos, segundo problema: eso me hace pensar si vale la pena quedarme o me voy a casa pido una pizza y veo el recital desde mi cama?

Las presentaciones
Mientras decido si parto a ver el Dvd o me quedo, me acercan “el souvenir” de la fiesta, el “gerente de la empresa dueña del vip y de recursos humanos, sociales y toda la milonga de la zona centro, sur y norte del país”-
Cuando terminan de tirar todo el titulaje, simplemente lo saludo, pero el rubio bronceado, con camisa y pantalón negro bien pegaditos al cuerpo, seudo top model, de esos que llegan a gerente por bonitos, comienza una cordial conversación. Hablamos sobre: las bondades de su empresa, la idea fantástica de hacer un show como este, la ciudad, el clima y todos los temas importantísimos, adecuados para la ocasión. No se por qué, se me ocurre, hablar sobre el calentamiento global, y en plena exposición de cómo cuidar al planeta, y de esta manera, tratar de derretir al muñeco de cera que tengo enfrente, nos interrumpe una rubia globalizada, que ajustandose al contexto del calentamiento, lo mira y el carilindo huye con ella; con la firme propuesta de terminar la noche sin pensar en nada, algo que no le debe costar mucho.

La comida
No se veía muy pensante,pienso, mientras me dirijo a lo importante de los VIP: la comida
Las mesas están repletas de colores que hacen que te llenes la vista, pero nunca, nunca salís satisfecha de un VIP. Mientras más chiquito sea todo, mejor es.
Poco, pero bueno es la consigna
Los palitos para brochetes están casi vacios, como si al chef se le hubiera perdido el resto por el camino.
Hay tostadas con queso, como las que comes en la dieta, pero con un toque de verde- una hoja que parece perejil, y su función es crearte la duda de comerla o no.
Langostinos en todo, en vasitos, en cazuelas, ¡harto langostinos para todos!
Palta: in fal ta ble.
Mucho queso crema como para poner contento a Martiniano y queso de cabra para que se enoje también.
Pizzetas en los vip más grasas, pernil en los poco originales, empanadas en los que la van de autóctonos y paellas en los que crees que comiste bien.

¿Una foto por favor?
Extrañando los sanguchitos de miga que brillan por su ausencia, se acercan las personas que te saludan solamente en ese lugar, cada tanto un fotógrafo te saca fotos, no por VIP sino porque no hay mucho más y cámaras de TV que les hacen notas extensas al Gerente y su chica.

Finito, así son los VIP en Mendoza. No hay personalidades, ni famosos ni personajes ni diversión.
Son la expresión puramente careta de esta sociedad mendocina que no tiene Vip.

jueves, 19 de febrero de 2009

martes, 17 de febrero de 2009

Los martes, verduras

Desde hace un tiempo todos los martes, sistemáticamente, un pequeño hombre altera mi conducta de manera especial, digna de un tratamiento sicológico. A tal punto, que contribuye a la teoría de mis familiares cercanos y no tan cercanos, de una supuesta conducta bipolar de mi parte.

Y como todo tormento que se digne de serlo, tiene día y hora. Los martes a las dos y media de la tarde, este escuálido ser de un metro cincuenta y con cara de comer solamente chauchas y zapallitos, intenta a cualquier costo -y lo ha logrado muchas veces- vender (me) cualquier verdura, literalmente.

Los cambios en mi personalidad comienzan apenas toca el timbre, antes de ver su cara. El sonido de sus pasos y entonando-siempre- una canción, se acerca a la puerta y se pega al timbre como si no funcionara. Entonces ahí comienza mi tortura, entre dientes y religiosamente cada martes lanzo mi plegaría “ahí está ese viejo de mier… y la put… que lo parió” digo sin respirar y de una sola vez.
Demoro unos minutos en abrir, con la esperanza que se cansé y se vaya para no volver nunca más. Pero su paciencia todo lo puede y espera, como si nada, mi saludo.
-hola Don! Como le va?
-Muy bien, acá le traigo todo lo que me pidió
- ja no le pedí nada –le digo con una sonrisa amenazante. A la que él no le hace caso-
-Como que no? Acá tiene, tomates, naranjas,
-Es que ha pasado algo -improviso para cortar ya con su perorata y largo sin más- he decidido no comer más verduras, así que… no será necesario que venga
-pero como me dice eso, mire sabe cuantos años tengo
-no – y tampoco me importa me digo, pero es tarde…-
-se ten ta io cho ¿Qué tal ah? ´
- ahhhh, (mientras pienso, si se nota que los tiene, se ve de 78)
-Y sabe porqué?
-(se lo que viene y no quiero escucharlo) no ¿por qué?
-por comer verduras siempre
-Pero yo no quiero tener setenta y ocho, a partir de ahora comeré solamente pastas y carnes, por eso... graciassss y vaya con sus tomates a otra parte!
-Pero no puede ser que piense así, mire les dejo unas berenjenas y unas zanahorias, después me las paga, chau nos vemos el martes
-pero no escuch… no que rí…a …

Y se va con la certeza del trabajo cumplido, y yo me quedo pergeñando la manera de deshacerme de este tipo que realmente me está volviendo loca.
Muchas veces para no atenderlo, cierro toda la casa, simulo no estar, veo como se resiste y toca la puerta, practicando para la próxima.

He viajado lejos. Elijo los martes para salir, si me tomo vacaciones procuro que tengan muchos martes. Pero es inútil, cuando estoy en otro lugar y es martes a las dos y media de la tarde, el pensamiento irrumpe con toda la fuerza en mi cabeza y digo “ ahí DEBE estar ese viejo de mie… y la put… que lo parió…
No puedo olvidarme un segundo de este molesto servidor. Se ha instalado en mi mente de los martes a las dos y media de la tarde.

Le he deseado todas las plagas, le he augurado un descanso eterno, que pierda la memoria, que se pierda en la ciudad y no sepa como volver a mi casa. Pero nada de esto ha ocurrido, no encuentro la manera de decirle que no quiero verlo más. Que se vaya con sus frutillas a otra parte.
Por eso he tomado la decisión que no quería, pero los médicos dicen que será lo mejor para mí y para mis familiares, los cercanos y los otros… no tan cercanos

Tendré que mudarme, no veo otra salida! Me iré al otro lado de la ciudad, sin despedirme, para no cometer el error que llegue a los oídos del rey de la lechuga que me fui, que estoy prófuga y comience la tierna idea de emprender la aventura de mandarme frutas, los martes... a las dos y media de la tarde.

jueves, 12 de febrero de 2009

Chanchi: Tengo una idea para San Valentín

Hace un par de años que comenzó toda esta historieta de celebrar el “día de los enamorados”. Cuando era chica, nada de esto existía.

Me parece una fecha muy melosa, donde con 40 grados regalan bombones y los alérgicos e inútiles ositos de peluches. Convengamos que estos están primeros en la lista de los regalos de los enamorados. Ah… las flores también, que para mí son para los muertos, ¡flores para los difuntos!

Lo tenemos, lo aceptamos, y toda la ciudad comienza a invitar a festejar el 14 de febrero el día de San Valentín.

Po supuesto que sobre él hay muchas versiones. La que me gustó por simple y predecible es la de un emperador que prohibió hace muuuuuucho tiempo a los soldados que se casaran. De esta manera se aseguraba que rendían más en su ejército. Pero un sacerdote rebeldón de nombre Valentín casaba a las parejitas en secreto, hasta que lo descubrieron y ¡zas! lo ejecutaron ¿Cuándo? ¡Si, correcto! un 14 de febrero del año 269.

O sea hace un montón.

Cuentan también que en algunos países de Europa existe la tradición que ese día al amanecer las mujeres deben abrir sus ventanas y el primer hombre que pase será su amado. Ahora bien ¿por qué al amanecer? Porque no al atardecer y de paso ven que planes hay para la noche?

Como en este 2009 me he propuesto ser más accesible, estoy dispuesta a celebrar el día de los eternos amantes, al que siempre me resistí. Por más lejos que estemos del viejo continente y sus tradiciones, voy a llevar a cabo la proeza de abrir la ventana al amanecer del sábado para curiosear quien será el elegido que pasará por mi vereda.

Aunque… lamento saber de antemano lo que este San Valentín tiene guardado para mí.

Trataré de torcer las reglas o encontrar alguna modificación, porque estoy segura que abrir la ventana al amanecer no beneficiará a mi corazón.

Encontraré, como siempre, la montaña orgullosa que me saludará, y al gato blanco sucio que el intendente dejó cuidadosamente para espantar los ratones del zanjón.

Luego temerosa y expectante de ver el hombre de mis sueños, aparecerá Ramón con su silbato en la boca avisando que esta es la vuelta número sesenta que da a la casa y que por este día todo ha estado tranquilo.

Sonriendo en silencio y pensando que es el mundo que nos toca vivir, resucitaré mis esperanzas y seguiré un momento más, porque estos embrujos no pueden fallar.

Luego aparecerá un destartalado auto y cerraré los ojos imaginando que es el caballo de mí príncipe que viene a rescatarme. Al abrirlo, tendré al rengo Juan, feliz de no pasar el diario por debajo de la puerta y dármelo en la mano.
Entonces tranquila cerraré la ventana y descubriré una vez más que el hombre de mis sueños está durmiendo en mi cama, que salió todo como quería, que nadie pasó por mi ventana el día de los enamorados, porque hace tiempo que elegí mi amado y está adentro, conmigo.

¡Ah, ya se! y… si le pido que se levante y pase por….

No mejor no, ¡me manda al carajo seguro!

domingo, 8 de febrero de 2009

¡Pedir amigos cantando es fácil!

Desde hace un tiempo cuando entro a Facebook, me pregunto ¿Y? para que sirve? ¿qué hago ahora? ¿saludo, mando mensajes, "actualizo mi estado"? hago un paseo por mis "amigos" a ver ¿en qué andan?
Sin contar que ha intensificado mi mal humor, por reconocerme una estupenda inadaptada social, al contar con un poco más de treinta amigosfeisbuc, la mayoría los he ignorado, bajo la premisa ¿Qué carajo tengo que ser amiga de este?

Sinceramente esta red social me aburrió más rápido de lo que imaginé.
Así que para aquellos que como yo están pensando como darse de baja en Facebook y no quieren tener una millón de amigos, haced click y seguir las instrucciones.


Que lindo febrero... pero sigo trabajando todavía...