Creo que se sentía dueño del mundo, pero no como la última Coca Cola del desierto, no así... Más bien como alguien que desde ese lugar podía tener el control de las cosas o, mejor dicho, de la cuadra.
Y ese lugar era una terraza, una gran y amplia terraza, en un primer piso. Un buen sitio, cómodo, donde todas las puertas de la casa conducían a ella. Por más que no quisieras todo terminaba ahí.
Y él se fue dando cuenta.
Además de amurar una especie de parrilla para los asados, una buena mujer, una hija creciendo y la vista privilegiada de la morada, todo estaba dado para ser feliz, y el pibe lo era. Daba cuenta de sentir esa sensación de lo lindo que es tener todo al alance.
Y lo expresaba... todo el tiempo. Un intenso que fue llevándome, involuntariamente, a compartir tanta dicha.
El sujeto pasaba mucho tiempo allá arriba. Y desde arriba y a los gritos organizaba su vida y casi la mía. Mandaba saludos, hacía fiestas, cumpleaños, almuerzo familiares de domingos.
"Ey ¿vo que te hacé?", "¿Cuando nos juntamos, cagón?", "¿Te queda pan?", "¿Sentiste el temblor?", "Esperaaaa... que ahora bajo!!!"
Todas, absolutamente, todas sus dudas, las evacuaba desde el aire.
Un joven con ganas, pero con muchas ganas. Tiraba coordenadas como un profe de gimnasia pero de una de clase exigente, alentando sin parar para marcar el ritmo.
Los fines de semana eran más agresivos. El silencio de las primeras horas de la mañana hacía que sus epítetos me despertaran a los sobresaltos. "¿Nos juntamos esta noche?", "¿Tenés huevos?" y otros más eran los cantos de este gallo mañanero.
Hasta que, sin darme cuenta, comenzó a pasar. Y un día noté su ausencia. La tranquilidad se respiraba en el ambiente, como cuando en casa se duerme un bebé y no se escucha más su llanto. Dejó de vociferar y nació un silencio, tan exquisito y presto a disfrutar.
No supe bien que pasó, no gritó su despedida, no contó sus planes. Imagino que se fue en puntas de pie, cosa de no molestar.
Ahora el primer piso está vacío y no saben lo bien que se siente desde acá abajo.
2 comentarios:
Te leo siempre. Saludos.
Muchas gracias,Jorge
Saludos!
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