Hace un tiempo, si alguno de vosotros imaginaba pasar una noche con Sabina, seguramente sonreía de solo pensar todo lo que podía ocurrir.
Este poeta, con sus canciones nos llevaba a dibujar ese momento: un buen vino, una charla por más interesante y luego lo que la oscuridad de nuestros deseos nos ofreciera.
Pero ¡ya! ¡Basta! que no ha sucedido, despierta fanático de Sabina y conformate con haberlo visto, una noche en Mendoza presentando su disco "Lo Niego todo"
Nos has pasado el tiempo, no se si le tienen permitido una copa de vino, la charla interesante se mantendría y los oscuros deseos, tampoco eso...
Y como acabaremos... negándolo todo, seremos incorrectos. Que más está decir, que el encuentro con Sabina se produce y pasaremos la noche cantando, juntos, sus canciones nosotros, más que él
Pero el maestro no lo hizo solo, acompañado de una gran banda, de las que se confiesa orgulloso, preparó especialmente cada momento, para contarnos quienes son, los que vienen con él. Aceptamos condiciones y dejamos que así sea. Entonces, unos minutos apenas de comenzar, fueron suficientes para que sonaran algunos temas del disco nuevo. Y luego, si, echar a andar las letras que siempre nos conquistaron. Como todo caballero, cumplió nuestros deseos y nos sedujo con los versos más aprendidos, y dejamos las dolencias, las vuestras y las propias, a un costado, aunque sea por un rato.
Un repertorio elegido con cuidado, tratando que no se escape ningún detalle, y así conformarnos con lo pactado. A nosotros,(pocos para una noche sabinera) y a él nos llegó la despedida, la que tal vez no buscamos pero fue inevitable. Nos dijo gracias Mendoza y ojalá que volvamos a vernos.
Con la emoción de haberlo hecho, lo aplaudimos, eligiendo esa imagen como postal de una noche con Sabina. Una noche que no sentimos como la última pero si, que fue única.
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