Generalmente llegamos a esta época del año, un poco cansados. Y comenzamos a quejarnos de nuestro trabajo: que el jefe grita demasiado, que ese compañero, otra vez se toma los días que le deben y engancha las fiestas, que todo está mal y nadie hace bien las cosas, que el año que viene renuncio, o me dedico a otra cosa, etc.
El trabajo, siempre el trabajo. En esos momentos, tendríamos que pensar que hay gente que tiene laburos un poco jodidos y están peor que nosotros.
Como el muchacho de la foto
No me digan que acá no hay adrenalina a full
Lo vi acá
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