viernes, 31 de octubre de 2008

Un cuento en Halloween

Como rompen tanto la paciencia con ¡¡Halloween!! Voy a contar un cuento de terror

Y listo cumplo!

El cuento se llama:

¡Qué noche TT!

Había una vez, una princesa que era muuuuuuuy hermosa! Vivía en un pueblo muuuuuy lejano (bueno no tanto, ahora con la doble vía parece más cerca)
Sus cabellos eran dorados, sus ojos verdes. Era feliz y sonreía por todo y… por nada, sonreía simplemente en todo lugar y en cualquier momento. En las desdichas y en las alegrías.
Su aún no desarrollada mente, ni cuerpo le auguraban un buen futuro.
Entonces comenzó a florecer por todos lados, fiestas, desfiles y revistas, pero quería más y estar en la tele era su gran sueño.
Hasta que un día lo consiguió. (No sabemos como, pero en este cuento no vamos a preguntar eso.)
Y así, la bellia doncellia, todas las tardes desde su lugarcito que soñó cuando era niña, le hablaba a todo el pueblo y sus habitantes no podían creer, lo que veían ni lo que oían.

Pero… -siempre hay un “pero” - dicen que un pequeño duende, al ver que ella lo ignoraba y lo echó a una calle de nombre Lapeatonal , comenzó a pasar frío en invierno y calor en verano, entonces el hombrecillo, cansado del maltrato, le hizo un hechizo.
El efecto no se hizo esperar, todos comenzaron a notar que algo le pasaba a la princesa, se dieron cuenta que su mente no se desarrollaba, y que su cuerpo crecía, después de tanto tiempo todo era igual, tarde a tarde no había cambios, no entendían lo que decía y la dulce muchacha, comenzó a hablar despacio, lento, como si le costara pronunciar las palabras. Además, se olvidaba de las comas y los puntos, hablaba sin parar ni respirar. Confundía los invitados y mezclaba los temas como si nada.
Cada vez todo fue peor y al temer que fuese contagioso, los que la conocían se alejaron y no querían saber más de ella.
La gente apagaba los televisores cuando llegaba la hora de su programa. Y el rumor de que nadie la veía en la ciudad se hizo cada vez más fuerte, y es que las hechiceras del lugar predijeron que la maldición también llega al que la ve. Cuentan que el que ve su programa, aunque sea una vez, comienza a delirar y a vociferar cosas como: ¿por qué? Esto es de terror… no puede ser… alguien tiene que hacer algo.. bastaaaa!! Luego llega una tensa calma y escribe estupideces en un blog.

Colorín, colorado este cuento, no ha terminado

Wuaaaaaa, Wuuuuaaaaa

3 comentarios:

Anónimo dijo...

a ver....
Laura Carbonari ya no está más en el aire....
a seguir pensando.

Anónimo dijo...

otro: Marcela Gaua no hizo televisión, solo radio y después, fue diputada, juaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

ya se: uan chica que alguna vez fue reina de Tupungato.
Ah no, es ano. Hoy está atendiendo un minimarket en la Feria de Las Heras y por las noches hace locuciones de un programad e somelliers en la FM Huarpes...